Ayer hablamos en clase de la evaluación. Quizá sea el momento crítico del proceso
enseñanza-aprendizaje. Me gustaba poco de alumno y me gusta menos de profesor.
Permitidme un guiño cómico a tan arisco tema;
¡Si se examinan los
gritos, chillidos, y los saltos de los alumnos, veremos a los vagos en la
cabeza de la lista de los aprobados!
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